El flamenco es un arte que trasciende la mera danza y música; es una forma de expresión que cuenta historias profundas y emocionales. Leonor Leal, a través de su obra «De voz, un cuerpo», nos lleva a explorar no solo el movimiento, sino también el pensamiento detrás del baile. En este espectáculo, se entrelazan narraciones y reflexiones que invitan al espectador a cuestionar cómo se percibe el flamenco y qué significado tiene en nuestra contemporaneidad.
La bailaora como pensadora: más allá del estereotipo
Leonor Leal se presenta en un escenario mínimamente decorado, lo que permite que la atención se concentre completamente en su cuerpo y su discurso. La pregunta fundamental que plantea es: “¿Cuándo miras, qué ves?” Esta interrogante no solo se refiere a la observación superficial del baile, sino a la conexión más profunda que se establece entre el intérprete y el público.
En esta obra, Leal toma como referencia a la reconocida bailaora Blanca del Rey, quien comparte cómo visualizaba su danza antes de que la guitarra y el cante se unieran a su expresión. Este enfoque invita a los espectadores a entender que detrás de cada movimiento hay una historia, un sentimiento y una intención que merece ser explorada.
Los testimonios de otras figuras prominentes del flamenco, como Merche Esmeralda, Carmela Greco, Pepa Montes y Ana María Bueno, no son simples anécdotas; son piezas fundamentales que enriquecen la narrativa del espectáculo. Ellas no solo comparten su experiencia, sino que también ofrecen una mirada sensorial y personal del flamenco, desafiando la noción de que este arte es solo para el deleite visual.
El flamenco como construcción cultural
El flamenco ha sido históricamente narrado desde la perspectiva de “El Otro”. Esta mirada externa ha influido en su evolución y en cómo se percibe en el mundo contemporáneo. Desde los románticos viajeros del siglo XIX hasta los intelectuales del siglo XX, la historia del flamenco ha sido forjada por quienes lo observan más que por quienes lo viven.
- El romanticismo de los viajeros, que lo idealizaba.
- La interpretación de poetas y críticos, que a menudo lo distorsionaban.
- Las voces de las bailaoras, que finalmente están ganando espacio en la narración.
En este contexto, el espectáculo de Leonor Leal es un acto de reivindicación. Al presentar su propia historia y la de sus antecesoras, busca despojar al flamenco de los estigmas y los clichés que lo han rodeado. Este acto de despojo es simbólico; se trata de quitarse las vestimentas tradicionales para revelar la esencia del arte.
Despojamiento y reinvención en el escenario
Leonor Leal no teme despojarse de los elementos que tradicionalmente la definen como bailaora. En una de las escenas más impactantes, comienza a quitarse la bata de cola y los adornos característicos del flamenco. Este proceso de desnudarse es un acto de liberación que refleja su deseo de regresar a la esencia del baile, al cuerpo en movimiento.
“De momento no me he quitado los zapatos”, dice Leonor, un comentario que resuena con el público. Este detalle subraya la importancia del calzado en el flamenco, no solo como un accesorio, sino como un componente esencial de la expresión artística. Al final del espectáculo, se quita los zapatos, simbolizando un retorno a lo básico, a lo natural.
- La bata de cola y los lunares son reemplazados por una camisa blanca y un sombrero.
- La incorporación de muñequeras de madera remite a un pasado que también se reinventa.
- La música grabada, lejos de restar autenticidad, crea un diálogo con el legado de sus maestras.
Este proceso de despojamiento permite a Leonor interactuar no solo con su propio cuerpo, sino con la historia del flamenco y las figuras que han marcado su trayectoria. La presencia de Carmela Greco en el discurso final del espectáculo añade un nivel adicional de reflexión, conectando el pasado con el presente.
La voz de las nuevas generaciones en el flamenco
Leal afirma con convicción que, aunque su danza pueda ser contemporánea, no se ha despojado completamente de su identidad flamenca. Su baile, que incorpora elementos del martinete tradicional, se ve influenciado por la historia, pero también se manifiesta en un entorno moderno. Esto nos lleva a cuestionar: ¿cómo se redefine el flamenco en la actualidad?
El diálogo entre el pasado y el presente es fundamental. Aunque algunos artistas actuales puedan invocar a los creadores de antaño, cada uno de ellos está moldeando su propia narrativa a través de su experiencia contemporánea. Este fenómeno pone de relieve la evolución del flamenco y su capacidad de adaptarse a los nuevos tiempos.
- La base electrónica en la música flamenca contemporánea.
- Las nuevas influencias culturales que enriquecen el género.
- El papel de los jóvenes artistas en la reimaginación del flamenco.
El espectáculo de Leonor Leal es, por tanto, una invitación a reflexionar sobre nuestra propia percepción del flamenco. Nos insta a mirar más allá de lo superficial y a comprender la complejidad de un arte que sigue evolucionando, incluso mientras honra sus raíces.
Datos sobre el espectáculo «De voz, un cuerpo»
Este evento, que se presenta como un estreno absoluto, se llevará a cabo en el Festival Madrid en Danza en los Teatros del Canal, sala Negra, el 14 de mayo de 2025. La obra es el resultado de un arduo trabajo de investigación y reflexión que ha sido dirigido por Leonor Leal, con la colaboración de María Muñoz de la Cía Malpelo, y un equipo diverso que abarca desde la creación musical hasta el diseño gráfico.
Los colaboradores son esenciales en la creación de esta obra, incluyendo a:
- Canito en guitarra.
- Antonio Moreno en percusiones.
- Javier Rivera en palmas y voz.
Además, la obra cuenta con un diseño de iluminación de Carmen Mori y un diseño gráfico de Guridi, lo que demuestra un enfoque integral en la producción que busca ofrecer una experiencia sensorial completa.
Reflexiones finales sobre el flamenco y su futuro
El trabajo de Leonor Leal se inscribe en un contexto más amplio, donde la búsqueda de la identidad en el flamenco es cada vez más relevante. A medida que los artistas contemporáneos exploran nuevas formas de expresión, es vital reconocer cómo la historia y la tradición pueden coexistir con la innovación.
La obra «De voz, un cuerpo» no solo es un homenaje a las maestras del flamenco, sino también una exploración de lo que significa ser flamenca en el siglo XXI. Con cada movimiento y cada palabra, Leonor Leal se convierte en un puente entre el pasado y el presente, desafiando al espectador a redefinir su relación con esta forma de arte tan rica y compleja.



























